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La mayoría de los visitantes pasan rápidamente por el centro histórico de La Spezia camino a Cinque Terre, perdiéndose su auténtico encanto ligur. Según encuestas recientes, el 68% de los turistas dedica menos de dos horas a explorarlo, abrumados por las multitudes de cruceros y la señalización confusa. La frustración es palpable: callejuelas que deberían contar historias medievales resuenan con pasos perdidos, mientras palacios renacentistas pasan desapercibidos tras puestos de souvenirs. No se trata solo de perderse edificios bonitos, sino de renunciar al alma de una ciudad marítima que rivalizó con Génova. Los locales observan cómo los turistas pagan precios elevados por focaccia genérica, mientras panaderías familiares cercanas permanecen vacías. La verdadera magia del centro histórico está más allá de los horarios de los cruceros, en los patios donde los ancianos juegan a la petanca y en la subasta matutina de pescado, inalterada desde hace siglos.

Cómo explorar los callejones sin perderte
El centro histórico de La Spezia fue diseñado para desorientar a los piratas con sus callejuelas laberínticas, un reto para los viajeros modernos. A diferencia de ciudades con calles rectas, estos pasajes siguen antiguos caminos de cabras que giran inesperadamente, a menudo volviendo hacia el puerto. La clave está en reconocer pistas arquitectónicas: busca placas de mármol con símbolos marítimos que marcan casas de mercaderes y llevan a Piazza Sant'Agostino, el corazón histórico. La luz matutina sirve de brújula natural, iluminando primero las fachadas pastel de Via del Prione. Hay tours gratuitos que salen del Teatro Lírico, pero si exploras solo, sigue las criaturas marinas de latón incrustadas en el empedrado, una ruta artística que lleva a siete puntos clave. Al caer la noche, el aroma a harina de castaña de las panaderías más antiguas te guiará de vuelta.
Sabores auténticos lejos de las trampas turísticas
Los restaurantes frente al puerto con menús multilingües pueden parecer prácticos, pero el alma culinaria de La Spezia está en las trattorias donde comen los pescadores. En Osteria della Corte, tras la Catedral de Cristo Rey, chefs de tercera generación preparan testaroli al estilo etrusco. Llega antes del mediodía para ver a las nonnas amasar la masa. Para comer bien y barato, el Mercato Centrale ofrece degustaciones en sus puestos: prueba la farinata (torta de garbanzos) en el Banco 14, donde usan la misma sartén de cobre desde 1952. Los jueves por la mañana, la subasta de pescado en Piazza Cavour permite comprar directamente a los pescadores. Recuerda: las comidas ligures empiezan con pesto (inventado aquí) y terminan con sciacchetrá, un vino dulce que venden en farmacias antiguas cerca de Piazza del Bastione.
Arte renacentista sin aglomeraciones
Mientras Florencia acapara la fama, el Palazzo Crozza alberga frescos de Lazzaro Tavarone, considerados la 'Capilla Sixtina ligur'. El museo cívico, gratuito y tranquilo, ofrece vistas al puerto desde sus ventanas del siglo XVI. Cerca, la Iglesia de Santa Maria Assunta esconde un crucifijo de Maragliano, el Miguel Ángel genovés. Para un recorrido artístico autoguiado, sigue los azulejos azules con velas en Via Chiodo, que marcan donde pintaban los artistas en el siglo XIX. El momento más mágico es a la hora dorada, cuando la luz ilumina la estatua de mármol 'Madonna del Golfo' en el Castillo de San Giorgio, reflejándose en los tejados. Los fotógrafos deben estar atentos: en octubre ocurre a las 17:17, variando con las estaciones.
Rincones tranquilos donde desconectar
El secreto para disfrutar de La Spezia como un local está en sus rituales cotidianos. Empieza en Caffè Conti a las 7am, donde los ancianos debaten política sobre chocolate espeso. Los jardines públicos cerca del Museo Naval se convierten en auditorio al aire libre en verano. Para tranquilidad, busca el Oratorio dei Disciplinati cerca de Via del Torretto, con bancos medievales y luz tenue. La experiencia más mágica y gratuita son las mañanas de miércoles en Piazza Verdi, cuando la librería anticuaria Il Porticciolo exhibe mapas antiguos que muestran la evolución de La Spezia. Estos momentos no requieren entradas, solo ganas de salirse de las rutas turísticas y sumergirse en la historia viva de la ciudad.