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Muchos viajeros que visitan La Spezia se centran solo en los coloridos pueblos de Cinque Terre, sin saber que a pocos minutos hay impresionantes reservas naturales. Según datos turísticos regionales, más del 60% de los visitantes se pierden estos tesoros naturales, optando por senderos costeros llenos de gente en lugar de avistar aves raras en humedales tranquilos. El desafío está en explorar estas áreas protegidas sin conocimiento local: desde entender las migraciones estacionales hasta encontrar senderos ocultos que evitan las aglomeraciones. Las familias buscan rutas aptas para niños, mientras que los excursionistas pierden tiempo descifrando caminos mal señalizados. Estos descuidos pueden convertir una escapada rejuvenecedora en un estrés más de la lista de viaje.

Elige la reserva ideal para tu estilo de viaje
La red de áreas protegidas de La Spezia ofrece opciones para todos los gustos. El parque Migliarino-San Rossore-Riparian, a 30 minutos en coche, tiene senderos accesibles ideales para familias con carritos y personas mayores. Sus humedales albergan más de 200 especies de aves, aunque pocos turistas saben que el amanecer es el mejor momento para verlas. Por otro lado, el parque natural Montemarcello-Magra combina acantilados costeros con ecosistemas fluviales, perfecto para excursionistas que buscan terrenos variados. Los locales prefieren los senderos occidentales cerca de Punta Bianca, donde se disfrutan atardeceres espectaculares sin las multitudes de Cinque Terre. Conocer estas diferencias evita llegar a una reserva que no se adapte a tus necesidades.
Cuándo visitar para ver fauna y evitar multitudes
La hora dorada es clave en las reservas de La Spezia. Mientras la mayoría de turistas llega entre las 10am y las 2pm, los guías locales señalan que el 90% de los avistamientos ocurren al amanecer o al atardecer. En la isla Palmaria de Porto Venere, los halcones peregrinos cazan al primer rayo de luz, mientras que por la tarde solo se ven gaviotas. La temporada también importa: a finales de primavera llegan flamencos a la desembocadura del río Magra, y en otoño los bosques se convierten en corredores migratorios para aves raras. Los fines de semana son más concurridos por familias italianas, así que visitar entre semana ofrece senderos más solitarios. Estos detalles, que no aparecen en las webs oficiales, marcan la diferencia entre ver un martín pescador o solo juncos.
Senderos secretos que hasta los locales olvidan
Más allá de las entradas principales, hay accesos menos conocidos que evitan las aglomeraciones. En la zona de Biassa del parque nacional Cinque Terre, el antiguo camino de mulos Via dei Santuari serpentea entre bosques de castaños con miradores que no aparecen en los mapas. La clave es buscar señales de madera con 'Sentieri Comunali' en lugar de las marcaciones oficiales. De igual forma, los humedales de Bocca di Magra tienen una segunda entrada cerca de los muelles pesqueros, donde con paciencia se pueden ver nutrias con la marea baja. Estas alternativas no requieren guías ni pagos, solo la confianza para salir ligeramente de lo trillado, respetando los límites protegidos.
Equipamiento esencial que muchos olvidan
Las reservas de La Spezia tienen microclimas que sorprenden a los visitantes. Los valles fluviales generan niebla matutina hasta las 11am, por lo que incluso en verano se necesitan capas ligeras impermeables. Calzado resistente es clave en los senderos de arenisca pulida de Monte Marcello, donde la brisa marina hace caer la temperatura repentinamente. Los naturalistas locales siempre llevan prismáticos compactos de aumento 8x32, ideales para avistar aves en el follaje sin forzar el cuello. Aunque estos artículos parezcan excesivos para una 'visita rápida', transforman la experiencia, permitiéndote notar detalles que la mayoría pasa por alto.